El entrenamiento aporta al músculo el estímulo necesario para desarrollarse, pero esto es sólo una parte del proceso. Después viene la recuperación, que es el momento en que realmente se desarrolla la masa muscular, a la vez que se recupera para la siguiente sesión de entrenamiento.

Para realizar un buen entrenamiento, no debemos acudir a él sin haber tomado los alimentos necesarios para no sentir fatiga. Un error frecuente, sobre todo entre los que entrenan por la mañana es saltarse el desayuno y, simplemente, comer algo después.


Si queréis sacar partido a vuestro entrenamiento, lo ideal es comer entre 30 y 60 minutos antes de comenzar. Algunas ideas para esta primera comida pueden ser:

-       Yogur desnatado con trozos de fruta y cereales.

-       Café con leche y mini sándwich de queso fresco y jamón.

-       Batido con leche desnatada y frutas con cereales.

-       Zumo de frutas, mini sándwich y nueces.


Después, tras el ejercicio llega el momento de volver a comer para reponerse y recuperarse.

Lo ideal es comer algo en los cuarenta minutos posteriores de la finalización del ejercicio. En este periodo de tiempo tu cuerpo asimilará mejor los nutrientes que le aportes.

Igualmente, es fundamental beber agua para reponer las pérdidas hídricas. Comiendo y bebiendo tras el entrenamiento conseguirás:

-       Reponer el líquido perdido.

-       Eliminar toxinas y productos de desecho con más facilidad.

-       Reponer las reservas de glucógeno muscular.

Vuestra comida postentrenamiento debe estar compuesta por hidratos de carbono y proteínas. Podéis tomar:

-       Nueces

-       Almendras

-       Fruta

-       Queso

-       Jamón

-       Cereales

-       Leche

-       Yogur

Después, la comida principal que hagáis más tarde, debe ser principalmente a base de arroz, pasta, patatas asadas o cocidas, con una ración de proteínas (carne, pescado, huevos).


Los carbohidratos te aportarán la energía necesaria y las proteínas, aportarán a tu cuerpo la estructura necesaria para reparar los daños provocados por el ejercicio y para desarrollar más masa muscular.

Por otro lado, debéis tener en cuenta que hacer ejercicio no significa que tengáis vía libre para comer de todo y cualquier cantidad. Si hacéis eso, podéis terminar ingiriendo más calorías de las que habéis quemado con vuestro entrenamiento.

Un truco para evitar esto, puede ser el llevar en la bolsa de deporte un yogur desnatado, fruta, una barrita de cereales o frutos secos para tomar cuando acabe el entrenamiento, así evitaréis llegar a la comida principal demasiado hambrientos.

Lo principal es evitar los alimentos grasos, aunque probablemente tengáis tentaciones… Pero si no queréis tirar por tierra todo vuestro esfuerzo, aprenderéis a elegir alimentos sanos con poca grasa y poco azúcar.

Hay que comer, sí, pero no cualquier cosa. La nutrición adecuada es la clave para conseguir los objetivos propuestos.