La importancia de beber agua durante el ejercicio.

Es fundamental y nunca nos cansaremos de insistir sobre ello: es  de gran importancia beber durante el ejercicio, incluso aunque no nos sintamos sedientos. La deshidratación es uno de los principales enemigos del deportista y puede ser muy peligrosa.

 Cuando comenzamos a practicar ejercicio físico nuestro metabolismo se acelera para obtener la energía necesaria que reclaman nuestros músculos, de este modo, nuestra temperatura corporal comienza a elevarse. Para evitar esto, ya que la temperatura del cuerpo humano debe mantenerse constante, se ponen en marcha una serie de mecanismos termorreguladores entre los que se incluyen la pérdida de líquido por medio del sudor.




Gracias a este mecanismo la piel se refresca por medio de la evaporación de los millones de gotitas de sudor, así es como se evita el sobrecalentamiento del organismo.

También perderemos líquido, en forma de vapor de agua, por medio de la respiración.

¿Cómo podemos saber qué cantidad de líquido perdemos durante el ejercicio? Esto es realmente muy variable ya que depende de varios factores:

-       Nuestras características personales: Los hombres suelen tener mayor capacidad para sudar que las mujeres.

-       Nuestro grado de entrenamiento y capacidad física: Aunque parezca mentira, la gente más entrenada y en forma suele comenzar a sudar más y antes que los no entrenados. Esto se debe a que el organismo responde antes y de forma más eficiente a la elevación de la temperatura corporal.

-       El grado de intensidad del ejercicio que practiquemos: Cuanto más intenso sea el ejercicio más líquido perderemos.

-       Las condiciones ambientales: Perderemos más líquido cuanto más cálido y húmedo sea el ambiente en que nos encontremos entrenando.

Puedes calcular qué cantidad de líquido pierdes de media en un entrenamiento de una forma muy sencilla: pesándote antes y después del ejercicio.

Ten en cuenta que esos kilos de líquido perdido no es grasa perdida: la grasa no se pierde por medio del sudor, por lo que es un error utilizar ropa deportiva que impida adecuadamente la transpiración. Además la deshidratación es muy peligrosa, por ello debes reponer todo el líquido perdido.

Lo ideal es comenzar a hidratarte antes de comenzar a entrenar, se aconseja beber unos 500 ml dos horas antes del ejercicio y unos 200 ml justo antes de comenzar a entrenar.

Durante el entrenamiento deberás seguir bebiendo, aunque no sientas sed. Se aconsejan unos 200 ml cada 10 ó 15 minutos.

Cuando termines de entrenar deberás seguir reponiendo las pérdidas. Se aconseja beber aproximadamente 1,5 litros por cada kilo de peso perdido, aunque evidentemente, no debe hacerse de golpe, sino repartido a lo largo del día.